La adicción no se cura con adicción

Bo Mathiasen
Bo Mathiasen, representante de la ONU contra la Droga y el Delito. / El Tiempo
Más o menos rezaba así el titular de la noticia del domingo pasado en una entrevista para “El Espectador” de Bo Mathiasen, director de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc). Donde trata de explicar que no se puede curar la adicción generando otra, y citaba: Cualquier tipo de intervención que se haga en salud debe tener una base científica sólida. No se usa a la gente para experimentos. En este caso, utilizar cannabis como tratamiento para alguien que tiene una dependencia problemática de cocaína, no tiene sentido. Por eso, en conjunto con la administración, visitamos España para conocer las experiencias del país ibérico en ese sentido. El tratamiento adecuado para un dependiente químico varía de acuerdo al tipo de sustancia que consume. Usar una droga para tratar la dependencia de otra, en mi experiencia, no es lo apropiado.

A esto, habría que preguntarle al director de ONUDC, si él cree más apropiado tratar con sucedáneos opiáceos a los dependientes de heroína como actualmente se lleva a cabo en España, o si piensa que eso no es “tratar una adicción con otra“. Habría que preguntarle si cree prudente retenerlos en los PRD (Programa de Reducción de Daños) o centros de venopunción o narcosalas, donde se interviene al paciente cuando él no puede inyectarse para que lo haga un médico en su lugar (reducción de daños), y donde creen que es mejor que estén “controlados por los servicios sanitarios” y así los mantienen latentes durante décadas, en lugar de incorporarles a un PLD (Programa Libre de Drogas) donde, con un buen trabajo, podrían rehacer sus vidas.

Hemos escrito en cursiva la frase “tratar una adicción con otra” pues no es del todo correcta. Sabemos que hay diferentes receptores para la acción de distintas sustancias, pero denominar “distintas adicciones” al consumo de distintos tipos de sustancias no creemos que sea del todo correcto. Sabemos que la adicción es una, independientemente de la o las sustancias, sensaciones e incluso situaciones. Por eso, el mismo individuo que es adicto al sexo o a las compras compulsivas, lo es a las drogas o al juego, a pesar de que jamás lo haya experimentado.

Trataremos de explicarlo un poco mejor. En la clínica, resulta útil concebir las áreas neurales implicadas en la acción de las distintas drogas como sistemas neurales funcionales más o menos independientes (White 1996) en los que suceden procesos paralelos que dan soporte a los distintos aspectos de la experiencia del placer, de los estados internos, de las conductas y de los pensamientos que conforman la motivación. El circuito estriado-tálamo-cortical, por ejemplo, está implicado en funciones emocionales, motivacionales y de conducta social. El cortex insular regula la alimentación y emoción. El cortex cingulado anterior regula la atención, la emoción y el aprendizaje de asociación estímulo-respuesta. La amígdala tiene un importante papel en el aprendizaje de relaciones entre estímulos biológicos y señales y se relaciona con el cortex orbitario. El núcleo accumbens está relacionado con las dos estructuras anteriores, es el lugar de la acción de la cocaína y el lugar universal de las adicciones. El cerebelo se activa también por los reforzantes naturales y tiene un lugar fundamental en las alteraciones de la psicomotricidad que producen las drogas. El cortex frontobitario procesa información sobre estímulos reforzantes y aversivos. La interacción dinámica entre estas estructuras y las circunstancias del ambiente da soporte a fenómenos complejos que van mucho más allá del simple «registro de la actividad hedónica» y que se alteran de forma singular en la adicción a cocaína (Dackis y O’Brien, 2001).

Dispensario de Metadona
Dispensario de Metadona
Por tanto, los distintos sistemas neurales que dan soporte a los distintos aspectos de la experiencia del placer son los mismos a pesar de que los receptores sean distintos. También sabemos que se podrían denominar “distintas adicciones” al tipo de adicción, pues no es menos cierto que, a pesar de ser la misma enfermedad hay distintos tipos y se clasifican, diagnostican y tratan independientemente ya que tienen una tipología diferente. Por eso, podremos denominar “distintas adicciones” a una adicción a sustancias y otra emocional. Es como una alergia; tener alergia es tener una enfermedad, pero no se aborda de la misma manera una alergia al polen que otra a la lactosa. Incluso, cuando se trata de una misma alergia al polen, hay distintas sustancias que lo provocan, pues existe alergia al polen de las gramíneas, a las oleas y a la parietaria, en ocasiones mohos, polvos y caspa de animales, y los diferentes tipos de reacciones alérgicas generalmente se clasifican según su causa, a pesar de ser la misma enfermedad.

Esta reflexión nos podría dejar bastante claro lo que se viene haciendo con los drogodependientes tratados con drogas. A ningún médico se le ocurriría tratar a un paciente de alergia al polen con polen. En el caso del drogodependiente sí se aborda al día de hoy con drogas. Tratar de “curar la adicción con otra adicción” es llevarle a una muerte segura.

Alx

Enlaces:

http://www.elespectador.com/noticias/nacional/una-adiccion-no-se-debe-tratar-otra-articulo-443811

http://www.pnsd.msc.es/Categoria3/prevenci/areaAsistencia/tipologia.htm

Haz clic para acceder a Libro2.pdf

http://www.dmedicina.com/enfermedades/alergias/alergia-al-polen

http://www.dmedicina.com/enfermedades/alergias/alergia

Bibliografía:

White NM. Addictive drugs as reinforcers: multiple partial actions on memory systems. Addictions 1996; 91: 921-49.

Dackis CA, O‘Brien CP. Cocaine dependence: a disease of the brain’s reward centers. J Subst Abuse Treat 2001; 21: 111-7.

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