Claro, si es una persona con un trastorno o enfermedad mental no sabe lo que hace… Mi experiencia me dice que sí. Y es más, aquellas personas que se creen enfermos mentales, se ponen en manos de especialistas y hacen lo que les dictan, como cuando vamos al médico y nos diagnostican otro tipo de enfermedad: nos sometemos al tratamiento. Y esto deja un rastro clínico que se puede corroborar si en efecto lo hay, y si se han seguido las pautas terapéuticas o si por el contrario, lo está usando para zafarse de su responsabilidad con la justicia. A lo que cabría añadir, que se está dejando en mal lugar a todas aquellas personas que han padecido, o padecen una enfermedad mental y podrían verse discriminados o estigmatizados por la sociedad por el simple hecho de la información sin contrastar.
Por otro lado, y observando el párrafo anterior, podríamos decir lo mismo al referirse al uso de drogas. Si alguien usa drogas y tiene un problema, debería ponerse en manos de especialistas. Llegado el momento, y sin antecedentes clínicos y seguimiento terapéutico, nadie debería de ser juzgado o tratado como un enfermo de adicción. Si no se lo ha considerado antes, no debería considerárselo justo cuando ve la “espada de Damocles” sobre su cabeza.
Es habitual recurrir a enfermedades tipificadas para eludir condenas, sin embargo, al estar clasificadas y organizadas, debería ser, cuando menos orientativo a la hora del veredicto. Pues estas maniobras para pretender la despenalización, no hacen más que estigmatizar y generar discriminación en torno a las enfermedades mentales y adicciones.
Alex Martín