“Dick” es la nueva adicción de los jóvenes

Dick
Dick, la nueva droga inhalante
El “Dick” o “Lady D” es una sustancia química de olor dulce, no está en la lista de sustancias de comercialización prohibida de la Dirección Nacional de Estupefacientes y se puede obtener en distribuidoras de químicos y ferreterías. La consumición de esta sustancia química se hace a través de inhalación, con la droga untada en un pañuelo o ropa. El Dick ha generado una fascinación que va más allá de las demás drogas pues ha crecido una serie de rumores que circulan entre los adolescentes que sitúan al estupefaciente como algo “extraordinario”. Se habla de esta sustancia como una sustancia que te hace “ver las estrellas, contactar con monstruos y muertos y ver colores que no se pueden describir”. El misterio que rodea al Dick y la fascinación por los efectos que algunos aseguran que produce provoca una alarma social ya que los jóvenes son un colectivo muy vulnerable que puede sucumbir a las drogas.

Lady D es cloruro de metileno, un compuesto volátil utilizado como disolvente industrial de extracción en diferentes procesos textiles farmacéuticos, se trata de un producto que sirve para quitar manchas de pintura y se encuentra en aerosoles y pesticidas.

Su consumo provoca dolor de cabeza y vómito. Si se tiene adición y se abusa de esta nueva droga el consumidor puede perder la conciencia porque la sangre no puede oxigenar y además se pueden generar trastornos motores como el “parkinsonismo” y disminución de la memoria. La aspiración de una gran cantidad de Dick provoca insuficiencias cardíacas y la inmediata muerte, lo que se conoce por “muerte súbita por inhalación”.

La crisis y el ingenio de algunos para hacer negocio están provocando la exposición de nuevas sustancias adictivas como el Dick que no dejan de ser materiales químicos. Además de ser adictivos hay que añadir el gran peligro que supone inhalar Dick aunque solo sea una vez. La exposición continua a cualquier droga genera una dependencia a la sustancia que se puede remediar si el consumidor inicia un tratamiento de desintoxicación y se aleja de estos productos que no producen placer sino deterioro físico y mental.

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