Hacía unos días comentaba con unos compañeros lo sobreestimada que está lo normal, pues en verdad, lo que conocemos como normal, no es más que una insignificante ilusión de lo que interpreta nuestra mente de lo que en realidad es. Me explicaré un poco mejor.
Muchas personas vivimos sumidas en cambiar muchas cosas de nosotros mismos, pero si hay cosas que cambiaríamos serían de esta sociedad. Unas porque no nos gustan, otras porque nos gustan más que otras, otras porque no las compartimos e incluso algunas nunca llegaremos a comprenderlas, pero todas ellas forman parte de lo que comúnmente se denomina lo “normal”.
Pero lo “normal” es que vivimos es una sociedad donde el inicio en el consumo de alcohol en España entre los escolares está en 13,7 años. Aceptar como “normal” que la diversión de los menores esté cada fin de semana unida al consumo de alcohol supone aceptar un fracaso como sociedad.1
Lo “normal” es que seamos una sociedad con una conciencia colectiva de claro rechazo a la violencia de género. Y aceptar como “normal” 411 denuncias cada día por malos tratos en España, y que el gasto público global en violencia de género haya sido de más de 3.150 millones de euros durante los últimos 10 años por parte del Gobierno y de más de 982 millones de euros por parte de las comunidades2, no creo que sea de lo más “normal”.
llevamos a nuestros hijos a que estudien a los colegios, a educarlos, a que aprendan de los tutores a caminar por la vida, pero cuando llegan a casa y observan como sus padres pierden los nervios o cómo lo que les están enseñando a los ojos, en el subconsciente se les graba a fuego. Hay enseñanzas que se graban más fácilmente que todos los años de estudios y que no se van a borran sencillamente.
Hoy día, a los más jóvenes, en los colegios se les informa para que no consuman alcohol hasta los 21 años, puesto que hasta esa edad su cuerpo y mente está en continuo crecimiento, y si es alterado, lo más lógico es que no termine de evolucionar como debería. Para que así llegue al potencial que naturalmente posee. Pero cuando llegan a casa, y les invitan sus propios padres a que se tomen una cerveza, que eso no pasa nada les dicen. Dejemos que puedan evolucionar esas mentes. Pero para hacerlo, no es un camino sencillo. Quizá, es hora de hacer algo de lo más “normal”; para empezar, en la medida de lo posible, no beber delante de ellos, y por supuesto no invitarles a beber bajo ningún concepto (ni en ningún día especial) nada es nada, y tampoco pasa nada. El problema lo tienen sólo los que tienen la necesidad de beber. Y esto incluye a aquellas personas que insidiosamente incitan a los demás a acompañarle o restarle importancia al hecho.
Por favor, hacemos un llamamiento a los padres, tutores, hijos, amigos, alumnos, compañeros y a la sociedad en general a que apoyen la misión de que los más jóvenes no comiencen a consumir alcohol hasta los 21 años por la mejora evolución del individuo y la sociedad en general. El cambio es posible.
Referencias:
1 http://www.msssi.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=2823
2 http://www.msssi.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=3752