Vecinos denuncian en Bilbao que menores recurren a mendigos para comprar alcohol

Vecinos denuncian en Bilbao que menores recurren a mendigos para comprar alcohol
Vecinos denuncian en Bilbao que menores recurren a mendigos para comprar alcohol
  • Alertan de la proliferación de tiendas en la zona de Basurto que venden bebidas de alta graduación a los adolescentes

Varias comunidades de vecinos de las calles Luis Briñas y Zunzunegi, en el barrio bilbaíno de Basurto, se muestran estos días muy preocupadas por la proliferación de menores que deambulan por la zona y presentan «evidentes signos» de embriaguez, sobre todo las tardes y noches de los fines de semana. Los residentes creen que estos jóvenes tienen acceso al alcohol a través de varias tiendas de los alrededores que, según denuncian, venden bebidas de alta graduación a personas que no llegan a los 18 años, lo que suponen un incumplimiento «flagrante de cualquier tipo de normativa legal».

Los afectados, que además se quejan del ruido, de la suciedad que se genera y de la comisión de actos vandálicos, aseguran que, algunas veces, los menores obtienen las botellas directamente de algunos establecimientos del barrio, aunque, en otros casos, se aprovechan de la presencia en la zona de mendigos y personas sin vivienda. «Les utilizan. Les hacen entrar en supermercados para comprar kalimotxo o cerveza y después les regalan un cartón de vino. Esa suele ser su moneda de cambio», afirman.

Los vecinos alertan de que, incluso, algunos establecimientos están comercializando botellas «sin etiquetas». Se trataría, en este caso y siempre según la versión de los residentes en las calles Luis Briñas y Zunzunegi, de combinados ya preparados, «lo que puede suponer un grave problema de salud, porque vete tú a saber qué les están dando: garrafón, alcohol adulterado o cualquier otra cosa».

«Mayor inseguridad»
Las comunidades que se han empezado a mover para intentar atajar este tipo de problema sostienen también que la situación de inseguridad en la zona es «mayor» que antaño. A su juicio, la marcha de la Policía Municipal a Miribilla ha contribuido a acrecentar esta sensación.

La guardia urbana comenzó en abril el traslado a su nueva sede desde Garellano. El derribo de la base policial se consumó en agosto. «Antes siempre veías patrullas que entraban y salían del cuartel; su sola presencia ya era suficiente motivo para intimidar a los posibles delincuentes», valoran las fuentes consultadas. «Está demostrado que en todas las ciudades suele haber cierta marginalidad alrededor de las estaciones de autobuses. Aquí esto no sucedía antes por la cercanía de la comisaría».

Los residentes en la zona aseguran que han puesto en conocimiento de las autoridades competentes esta situación. El Ayuntamiento de Bilbao, por su parte, dijo ayer no tener constancia de «quejas por ‘botellón’ o por la venta de alcohol a menores en el entorno de la calle Luis Briñas».

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