Resulta que hoy acaba de salir publicada una noticia en la que Uruguay permitirá el autocultivo de cannabis en su plan para legalizar parcialmente el cannabis y darle participación al Estado en este mercado.
No podía ser de otra manera, el Estado, cada vez más deteriorado, necesita incentivos económicos como hace años se viene viendo querían hacer con la legalización o despenalización de las drogas. Este no será ni el primero ni el ultimo caso de despenalización que veamos en las próximas fechas.
Quiero dejar unos breves datos sobre el impuesto del tabaco (es uno al que hoy nos podemos referir) de Uruguay, para que podamos determinar el estupendo gravamen que conlleva en este país:
En el IMPUESTO ESPECÍFICO INTERNO (IMESI)
CAPITULO V
Tabacos, cigarros y cigarrillos
Artículo 28.- Tasas.- El impuesto resultará de aplicar a los precios fictos las
siguientes tasas:
a) cigarrillos:70%
b) cigarros de hoja (habanos o no habanos): 41%
c) tabacos: 28%
Estas tasas son aplicadas en primera enajenación, por lo que en segunda podría incluirse el IVA.
Quizá, en estos tiempos de escasez económica, cualquier opción es buena para recaudar de algo que saben recaudarán a manos llenas, pero sabemos que esta es una puerta falsa en la lucha contra la drogadicción. Otra droga intitucionalizada sería la gallina de los huevos de oro en medio de la actual crisis financiera para los gobiernos. Por ejemplo, según la Ley de Impuestos Especiales, en España las cervezas de graduación superior al 0,5% pagan entre 2,75 y 9,96 euros por hectolitro en impuestos. En el caso del vino y las bebidas fermentadas se establece en más de 1,2%. Los productos intermedios son aquellos que teniendo un porcentaje de alcohol entre el 1,2 y el 22, no entran en la anterior clasificación. En península pagan 33,32 euros por hectolitro los de graduación inferior al 15% y 55,53 euros los demás. El más alto de todos y suele ser aplicable a las bebidas de alta graduación, como el whisky, pagan 830,25 euros por hectolitro en Península y Baleares y 649,66 euros en Canarias. Así pues, Los cigarros y cigarritos pagan un 13,5% del PVP (Precio de Venta al Público), los cigarrillos pagan un 57% del PVP y 8,20 euros por cada mil unidades del mencionado tipo específico. La picadura para liar paga un 41,5% sobre el PVP (está menos desincentivada fiscalmente que los cigarrillos) y las demás labores del tabaco pagan un 25% del PVP.
Vamos, que con estas cifras, unidas a las de consumo actual de estupefacientes, o mejor dicho de consumidores de marihuana que hay y vendrán en las siguientes décadas de decadencia moral por nuestros gobernantes, podrían llegar a límites insospechados.
En Uruguay por ejemplo, la Quinta Encuesta Nacional en Hogares sobre Consumo de Drogas. Informe de Investigación. Mayo 2012 de Uruguay , en su página 36, nos cita:
6. El consumo de marihuana:
Magnitud de consumo
El consumo de marihuana continúa siendo el más extendido en la población luego del consumo de las drogas legales. El 20% de las personas de 15 a 65 años ha consumido marihuana alguna vez en su vida, en tanto un 8,3% declara que consumió la sustancia en los últimos 12 meses y un 4,9% en los últimos 30 días; de esta forma se observa un aumento significativo de la declaración del consumo de las tres prevalencias (vida, año y mes) respecto a la medición del año 2006 y una confirmación de la tendencia ascendente del consumo en la serie 2001-2011.
18.700 personas consumen diariamente marihuana en Uruguay. (datos oficiales)
Seguro que con estos datos, las famélicas arca del Estado podrán parchear algún año de esta creciente crisis, pero seguro que, como ya hemos dicho en algún otro post, como en la teoría del caos, no va a sacarnos de ella, sino más bien involucranos en una aventura de la que no será fácil dar marcha atrás.
Esto es lo que ofrecen desde la Junta Nacional de Drogas de Uruguay en su MEMORIA ANUAL 2011, nos citan:
El 29 de Abril de 2011 la Junta Nacional de Drogas aprobó la Estrategia Nacional para el Abordaje del Problema Drogas 2011-2015. La misma parte desde una visión de la complejidad del fenómeno drogas en la continuidad y complementación de acciones desde diversas áreas de intervención, bajo el concepto de responsabilidad compartida, cogestión de los riesgos entre el estado y el conjunto de la sociedad, con el objetivo de mejorar la salud pública desde una perspectiva de los derechos humanos. Es una estrategia integral cuyos lineamientos contemplan todas las áreas del problema, el fortalecimiento institucional, la reducción de la demanda, el control de la oferta, las relaciones internacionales y el lavado de activos.
Es curioso como pretenden reducir la demanda y el lavado de activos…
Llegaremos a una población donde los trastornos mentales sea la máxima común, la adicción algo normalizado entre la población y ya no seremos capaces de discernir el bien y del mal (psicologicamente hablando).
Alx
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