Atención.

Hoy hablaremos de la atención que hace falta para aprender. El aprendizaje de algo que comienza por uno mismo, no puede haber aprendizaje desde la información, sólo puede haber aprendizaje desde la desinformación. Y ahí entra en juego la atención. La atención para dejar que el aprendizaje cale en nosotros, que la comunicación fluya hasta nuestro interior sin aplicar nuestro conocimiento. Sólo escuchando sin juicios, podremos entender lo que nos quieren transmitir, comunicar, y entender que todas las personas tienen algo que enseñar, y que esto sólo te lo dará el tiempo aprendido.

Hoy día vivimos en una sociedad que se ha acercado a la información más rápidamente que cualquier otra generación, pero la información no quiere decir conocimiento. De hecho, el conocimiento es algo que sólo poseen aquellas personas que conocen su desconocimiento. De eso que Sócrates dijera: sólo sé que no sé nada.

Quizá un día de estos nos demos cuenta, antes de que sea demasiado tarde, que estamos rodeados de grandes maestros que están constantemente mostrando su conocimiento en sus formas y actos más humildes. Pues hemos puesto nuestra atención en mezquinos profetas, que son los que tratan de mostrar la sabiduría a través de los ojos y no de los sentimientos.

Quizá algún día puedas entender lo que quiero transmitir, mientras tanto, sólo puedo decirte que lo primero es la persona, uno mismo, y que nunca es tarde para empezar.

Alex Martín