Hace más menos un mes amanecíamos con la noticia que hace referencia a la despenalización del cannabis. Uruguay, un país donde la propia Junta Nacional de Drogas es quien aprueba la comercialización y control del cultivo “controlado” de cannabis para consumo.
Lo curioso de la noticia (porque la noticia en sí ya no nos sorprende) es que se hablé del precio de salida a mercado que estaría en torno al dólar/gramo, el mismo precio del que disponen hoy los usuarios, hasta dentro de poco aún ilegales. Dice la propia noticia que el presidente de Uruguay José Mujica pretende arrebatarle el mercado a los narcotraficantes ya que el producto ilegal es de baja calidad y con mucho riesgo.
Sí hablamos del riesgo y la calidad, lo que hacen en Uruguay sería justo lo contrario, pues lo seguro y con un buen pronóstico saludable sería que no lo vendieran. Pero como sabemos, no es la solución económica que se pretende. Bien, ahora partiendo de la situación económica no creo que los narcotraficantes después del monopolio que han tenido y mantenido durante décadas vayan ahora a dejárselo llevar por los gobiernos, más si cabe legalizándolo, pues ahora, con un producto legal, ya no tendrán que blanquear el dinero, ni tendrán que pasarlo a hurtadillas, tendrán mejores recursos y todo ello sostenido bajo una aparente legalidad. Esto parece un poco enrevesado, pero más dificultoso es cultivar, manipular, enviar, cobrar y blanquear cuando es ilegal un producto, y lo han hecho de maravilla hasta ahora. A las pruebas me remito. Ahora es un recurso económico a los que todos los países quieren sumarse.
Para prueba un botón, en Barcelona, los propietarios de los mayores clubes para fumadores “legales” de cannabis son propiedad de una familia de etnia gitana que ya “trabajaba” con estupefacientes antes de la puesta en marcha de estas “iniciativas para mejorar la calidad”, pero esto era de esperar, la experiencia y los recursos los tienen puestos en marcha, a nadie nos gusta que nos arrebaten la manera de ganarnos la vida. Sólo que ahora, tendrán que contar con los gobiernos a la hora de dividir ganancias.
Muchas gracias por abrir una nueva puerta. Nos multan por conducir ebrios y por otro lado, dejan que las compañías alcohólicas sean unas de los que más gastan en publicitar sus productos. ¿Que esperaban?. Pagan a innumerables funcionarios “pasa papeles” para “recomendar” que es lo que se debería hacer en prevención y ayuda contra la drogadicción a nuestro gobierno y municipios para simplemente hacer ver que hacen algo… Dentro de poco no me extrañaría que, como en Uruguay, nuestro Plan Nacional Sobre Drogas recomendara la despenalización, aludiendo como no, a los malos resultados obtenidos hasta la fecha desde su creación allá por los años 70.
Enhorabuena a los Uruguayos por esta propuesta de política económica que nace del seno de quienes deberían vigilar la sanidad pública, y más concretamente desde el propio organismo que inicialmente está para ayudar a salir de las drogas. ¿Un mundo de locos o economías sumergidas? lo veremos más adelante…
Alex