La verdad es que soy mucho más que un diagnóstico, y quizá lo que dejamos callado es parte del eco que nos empuja a seguir
Hablamos sobre personas que han padecido algún tipo de enfermedad mental, y que no deja de ser parte del recorrido propio de la vida. Quien no se ha enfrentado a si mismo, por ejemplo tras una ruptura sentimental, o un hecho dramático. Quién no han sido enjuiciado por estereotipos sociales. Quien no ha padecido una paranoia, pena, incluso depresión, o un deseo de no existir. Si uno de cada cuatro personas vivirá una enfermedad mental a lo largo de su vida, eso quiere decir que más personas de las que nos parece padecerán una enfermedad mental y muy posiblemente alguien en torno a nosotros mismos o nosotros mismos.
No he conocido personas con más valor ni más humanas que las que se han enfrentado a ellas
Hoy día vivimos en una sociedad superficial que únicamente se preocupa de las apariencias físicas y eso deja demasiados prejuicios y mucho vacío interior que en realidad es lo que somos. Es como el ejemplo del pintor Vincent Van Gogh, aparentemente podría pasar por una persona con delirios extravagantes, y pasó años de su vida aislado, pero su interior, su esencia, el que era, aún permanece entre nosotros.
La esencia es lo que se es
El miedo nos invade a diario pero no debemos dejarlo atrás, es parte nuestra esencia y ha de seguir siéndolo. Si nos negamos una de nuestras partes interiores, muy posiblemente la distraeremos con otras sensaciones y le daremos otro nombre y eso no debería ser. No hay nada más sanador que ser uno mismo. No hay nada más feliz que ser el que se es sin juicios ni prejuicios. Y eso nos hará conocedores de respuestas sin juicios, pues no hay nada fuera que no pueda estar dentro.
Tu mundo exterior, es un reflejo de tu mundo interior. No hay nada fuera que no esté dentro, no hay nada fuera que te haga más feliz. Todas las respuestas están en tu interior.